Tener la fortuna de vivir en lo alto de una pequeña colina, en el centro de la ciudad, me da la sensación de ser el dueño de esta. Desde este lugar de privilegio, puedo ver a mis pies todo el caserío y conforme la vista se aleja, domino el centro de la ciudad y más allá el mar, la bahía, con sus barcos iluminados por guirnaldas de luces. Los pequeños botes de pescadores, anclados a media bahía, con una sola luz, atrayendo a los peces. El viento soplando en mi terraza, como si un abanico gigante estuviera encendido permenentemente y ventilando sin cesar mi casa.
Desde este punto geográfico, a la luz de la luna nueva recién entrada, te doy la bienvenida a mi santuario.
Aquí compartiré todo lo que me parezca digno, lo que me agrade, lo que me disguste, lo que no quiera decirle a nadie, lo que quiera decirle a todos; lo que tiene importancia y también lo importante.
Aquí puedes venir cuando quieras.
Desde este punto geográfico, a la luz de la luna nueva recién entrada, te doy la bienvenida a mi santuario.
Aquí compartiré todo lo que me parezca digno, lo que me agrade, lo que me disguste, lo que no quiera decirle a nadie, lo que quiera decirle a todos; lo que tiene importancia y también lo importante.
Aquí puedes venir cuando quieras.
BrujoCurandero
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