domingo, 18 de enero de 2009

No hay errores, todos producimos lo que necesitamos

Por lo general, todos creemos que el azar juega un papel determinante aun en aquello que depende de nuestra conciencia. cuando cometemos un error, debido a la creencia antes dicha, solemos tirarnos de los pelos y maldecir o maldecirnos, mientras recordamos la manera tan garrafal en que erramos y las consecuancias arrostradas. Entonces sucede que perdemos la lección, no aprendemos y claro, volvemos a caer. La vida está hecha de acciones, de intentos, de errores y aprendizaje. Por eso es que cada vez que erramos, debemos tomar conciencia de lo que hicimos para llegar al error, es decir, cómo le hicimos para llegar a ese lugar llamado error. Quizás, con frecuencia descubramos que el error estuvo desde el origen, pero no siempre es así, algunas veces, torcemos el camino como intentando que las cosas devengan catastróficas para nosotros, he ahí lo interesante de esto: ¿no estamos en ese momento produciendo el sufrimiento que necesitamos para finalmente aprender una lección de valor incalculable que de otra manera no hubiésemos aprendido? Por eso es que nuestros actos deben ser conscientes y por eso es que debemos erradicar la culpa de nuestras vidas. Debemos saber que, hayamos hecho lo que hayamos hecho, en su momento, seguramente fué lo mejor que pudimos hacer, no vale la pena racionalizarlo (analizarlo después) a la luz de los nuevos conocimientos adquiridos, porque solo servirá para auto-desacreditarnos. Lo mejor es darse cuenta de que ahora enfrentaríamos un asunto o problema de la misma índole, de diferente manera, porque ya aprendimos la lección valiosísima que nuestra vida nos ha enseñado. Producimos lo necesario para aprender y ya no errar de la misma manera. Aqui valdría la pena hacer un cambio semántico y dejar de decir "errar" para empezar a decir "aprender", porque en realidad, eso es lo que hacemos al intentar, al fallar. Al equivocarnos nos estamos diciendo a nosotros mismos que hay algo que aun no sabemos hacer y que sería bueno y útil que lo aprendiéramos, para que ahora sepamos hacerlo con seguridad, sin riesgo ni peligro. Pero nada más. No hace falta sufrir, hace falta ser concientes de que solo estamos produciendo lo que necesitamos. ¿Por cuánto tiempo lo produciremos? ¿hasta cuándo dejaremos de producirlo? Bueno, en un sentido amplio las respuestas a ambas preguntas serían: Por toda la vida, hasta la muerte. Pero en un sentido estricto, podríamos responder que produciremos lo necesario para cada ocasión en tanto no aprendamos, cuando aprendemos que el fuego quema, ya no nos acercamos tanto a él, y generalmente aprendemos que el fuego quema, cuando nos quemamos. Es por eso que no hay errores, todos producimos lo que necesitamos.


BrujoCurandero
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